La industria textil es uno de los sectores con mayor consumo de agua del mundo. Procesos como el blanqueo, el teñido y la estampación consumen más de 80.000 millones de metros cúbicos de agua al año.
Para poner esta cifra en perspectiva, se necesitan más de 2.700 litros de agua para producir una sola camiseta de algodón, la cantidad media que bebe una persona en dos años y medio. Si tenemos en cuenta que una fábrica textil normal produce unas 5.000 camisetas al día, el consumo de agua es asombroso.
Las investigaciones apuntan a que el problema se acelera por los rápidos cambios en las tendencias de la moda, la bajada de los precios y la llegada de nuevas tecnologías, robots y automatización capaces de producir ropa a un ritmo más rápido para satisfacer la creciente demanda de los consumidores. Hoy en día, un consumidor medio compra más prendas de ropa que antes, y cada prenda se conserva durante periodos de tiempo más cortos.
El precio ecológico de la moda rápida
Las aguas residuales de los procesos de fabricación textil contienen sales, productos químicos, tintes y disolventes que pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente.
Los sistemas tradicionales de tratamiento de aguas suelen ser incapaces de gestionar la complejidad de este tipo de aguas residuales, por lo que se ensucian o se incrustan y acaban quedando inoperativos. Esto da lugar a un tratamiento ineficaz o intermitente que hace que queden contaminantes en las aguas residuales, que se vierten en ríos, lagos y océanos causando daños ambientales y efectos a largo plazo sobre la salud de las personas, los animales y la vida vegetal.
Fábrica Asia frente a moda sostenible
Hoy en día, la industria textil se enfrenta al difícil reto de satisfacer las demandas de los consumidores y, al mismo tiempo, cumplir las nuevas leyes medioambientales. Los gobiernos están reconociendo el impacto medioambiental y humano del statu quo y están aplicando estrictas normativas a la industria textil para atajar el problema.
Esto es especialmente evidente en la región de Asia-Pacífico, que representa más de la mitad de la industria textil mundial, impulsada por India y China, que son los mayores productores y exportadores de algodón del mundo. Las autoridades reguladoras de la región han tomado nota de esta cruda realidad y han establecido normas estrictas de tratamiento y vertido de aguas residuales. Por ejemplo, se considera que India tiene algunas de las normativas medioambientales más estrictas sobre la industria textil, especialmente en torno a las unidades de procesamiento húmedo.
Con la creciente concienciación y activismo en torno a la conservación del medio ambiente, también aumenta la presión sobre las marcas mundiales de ropa por parte de los compradores finales del sector, ya que los consumidores buscan una moda más sostenible. Para cumplir las normativas más estrictas y satisfacer la demanda, las empresas buscan y adoptan tecnologías modernas de tratamiento de aguas residuales para reducir la huella ambiental del sector.
Soluciones de vertido cero de líquidos y ventaja tecnológica
Para muchos generadores de aguas residuales, la forma más sencilla de cumplir las normas sobre vertido de líquidos y reducir los costes de eliminación es separar el contenido líquido de las aguas residuales en un proceso denominado vertido cero de líquidos (ZLD). Al separar el componente líquido de las aguas residuales, el volumen de vertido se reduce a una fracción de lo que era antes, dejando residuos secos que pueden enviarse a un vertedero para su eliminación o para su posterior procesamiento con el fin de recuperar sustancias químicas. Además de evitar que las aguas residuales entren en el alcantarillado municipal o se viertan en los ríos, las soluciones ZLD también ofrecen a quienes las adoptan la opción de recuperar agua dulce y valiosos subproductos que pueden reutilizarse en operaciones empresariales.
La creación de una economía circular ayuda a las organizaciones a cumplir sus obligaciones medioambientales y ecológicas. También aborda una preocupación clave de cualquier posible adaptador, convierte el tratamiento de las aguas residuales en un esfuerzo rentable y que merece la pena, que hace de la gestión de las aguas residuales una inversión beneficiosa a largo plazo en lugar de un coste empresarial.
Sostenibilidad del agua a largo plazo
El futuro de la industria textil parece prometedor, impulsado tanto por el fuerte consumo interno como por la demanda de exportación.
Sin embargo, la industria tiene retos que afrontar. El primero de la lista es reducir su huella hídrica y cumplir las estrictas leyes medioambientales promulgadas por los gobiernos. La tecnología moderna, como las soluciones ZLD, será crucial para ayudar a las empresas a cumplir estas normativas, gestionar uno de los recursos más valiosos del mundo y crear un futuro sostenible para la industria textil.
|La industria textil es uno de los sectores con mayor consumo de agua del mundo, ya que procesos como el blanqueo, el teñido y el estampado consumen globalmente más de 80.000 millones de metros cúbicos de agua al año.
Para poner esta cifra en perspectiva, se necesitan más de 2.700 litros de agua para producir una sola camiseta de algodón, la cantidad media que bebe una persona en dos años y medio. Si tenemos en cuenta que una fábrica textil normal produce unas 5.000 camisetas al día, el consumo de agua es asombroso.
Las investigaciones apuntan a que el problema se acelera por los rápidos cambios en las tendencias de la moda, la bajada de los precios y la llegada de nuevas tecnologías, robots y automatización capaces de producir ropa a un ritmo más rápido para satisfacer la creciente demanda de los consumidores. Hoy en día, un consumidor medio compra más prendas de ropa que antes, y cada prenda se conserva durante periodos de tiempo más cortos.
El precio ecológico de la moda rápida
Las aguas residuales de los procesos de fabricación textil contienen sales, productos químicos, tintes y disolventes que pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente.
Los sistemas tradicionales de tratamiento de aguas suelen ser incapaces de gestionar la complejidad de este tipo de aguas residuales, por lo que se ensucian o se incrustan y acaban quedando inoperativos. Esto da lugar a un tratamiento ineficaz o intermitente que hace que queden contaminantes en las aguas residuales, que se vierten en ríos, lagos y océanos causando daños ambientales y efectos a largo plazo sobre la salud de las personas, los animales y la vida vegetal.
Fábrica Asia frente a moda sostenible
Hoy en día, la industria textil se enfrenta al difícil reto de satisfacer las demandas de los consumidores y, al mismo tiempo, cumplir las nuevas leyes medioambientales. Los gobiernos están reconociendo el impacto medioambiental y humano del statu quo y están aplicando estrictas normativas a la industria textil para atajar el problema.
Esto es especialmente evidente en la región de Asia-Pacífico, que representa más de la mitad de la industria textil mundial, impulsada por India y China, que son los mayores productores y exportadores de algodón del mundo. Las autoridades reguladoras de la región han tomado nota de esta cruda realidad y han establecido normas estrictas de tratamiento y vertido de aguas residuales. Por ejemplo, se considera que India tiene algunas de las normativas medioambientales más estrictas sobre la industria textil, especialmente en torno a las unidades de procesamiento húmedo.
Con la creciente concienciación y activismo en torno a la conservación del medio ambiente, también aumenta la presión sobre las marcas mundiales de ropa por parte de los compradores finales del sector, ya que los consumidores buscan una moda más sostenible. Para cumplir las normativas más estrictas y satisfacer la demanda, las empresas buscan y adoptan tecnologías modernas de tratamiento de aguas residuales para reducir la huella ambiental del sector.
Soluciones de vertido cero de líquidos y ventaja tecnológica
Para muchos generadores de aguas residuales, la forma más sencilla de cumplir las normas sobre vertido de líquidos y reducir los costes de eliminación es separar el contenido líquido de las aguas residuales en un proceso denominado vertido cero de líquidos (ZLD). Al separar el componente líquido de las aguas residuales, el volumen de vertido se reduce a una fracción de lo que era antes, dejando residuos secos que pueden enviarse a un vertedero para su eliminación o para su posterior procesamiento con el fin de recuperar sustancias químicas. Además de evitar que las aguas residuales entren en el alcantarillado municipal o se viertan en los ríos, las soluciones ZLD también ofrecen a quienes las adoptan la opción de recuperar agua dulce y valiosos subproductos que pueden reutilizarse en operaciones empresariales.
La creación de una economía circular ayuda a las organizaciones a cumplir sus obligaciones medioambientales y ecológicas. También aborda una preocupación clave de cualquier posible adaptador, convierte el tratamiento de las aguas residuales en un esfuerzo rentable y que merece la pena, que hace de la gestión de las aguas residuales una inversión beneficiosa a largo plazo en lugar de un coste empresarial.
Sostenibilidad del agua a largo plazo
El futuro de la industria textil parece prometedor, impulsado tanto por el fuerte consumo interno como por la demanda de exportación.
Sin embargo, la industria tiene retos que afrontar. El primero de la lista es reducir su huella hídrica y cumplir las estrictas leyes medioambientales promulgadas por los gobiernos. La tecnología moderna, como las soluciones ZLD, será crucial para ayudar a las empresas a cumplir estas normativas, gestionar uno de los recursos más valiosos del mundo y crear un futuro sostenible para la industria textil.